estaba allí
cubriendo el cielo con su negritud
la línea planetaria
de las calles visitadas
que no tienen dueño.
Astro de la noche
oriente occidente
presencia crónica
haciendo lo contrario
repitiendo el huso horario
como vicios
un pensamiento recurrente
una òrbita,
va a llamarse
Galileo.
Allì anclaré mi tiempo
dando vueltas a una idea
el bastión de la conciencia
que sucede conmigo.