miércoles, 7 de junio de 2017

La comida


Hay poesía en el horno
crujiente como madera pronunciada
la palabra quebrada caliente
condimentada

Secuelas de algún vino desvelado
como un maní mal pelado
embriagando la entrepierna

Se frotan con la lengua
lamiendo la copa
se borran las palabras
pulidas desde adentro
de la damajuana

Pero aún así los gestos no se lavan
inútilmente intentas quitarme esta mancha
arrastrando tu servilleta
mojada en agua

¡Es un trofeo ese salero!
-grita bendito el que lo agarra-
¡se come bien en esta casa!
restos de un amor
prolijamente embalados
que se llevan en una bolsita
para el perro

Ya basta y buen provecho
está servida la estrofa

Para sentarse a la mesa sin decir nada
arrimándo curvas
bocado a bocado
cierto manjar predilecto
ofrecido en tu cama

Le petit mort

Callado pie desnudo
sobre pasto calmo
de palabra amortiguada

Fibra transversal
que alimenta en la boca
a su pichón sin conciencia
entrelazando entre sus vértebras
notas y silencios

Decir da vida
sin abrir las piernas

Gesta ovoide
que detiene el morir
en mis pequeñas muertes